ANALIZANDO: ÚRSULA CORBERÓ
6 agosto, 2019Úrsula Corbero está pletórica: acaba de estrenar la tercera temporada de La casa de papel, serie que le ha servido para ganar el reconocimiento internacional como actriz. Aunque la catalana está muy orgullosa de su paso por Física o química, donde dio vida a Ruth, lo cierto es que poco queda de esa joven que se dejaba manipular por su novio Gorka.
Úrsula ha madurado sobre el escenario, se ha dejado atrás los tintes (quiso ser rubia pero le duró poco) y ahora luce una melena corta a lo garçon que le queda de maravilla. También ha tenido un cambio físico brutal, es una adicta al gym y tiene uno de los bootys más envidiados.
Sin embargo, la sonrisa de Corberó sigue siendo la misma que nos enamoró años atrás en la serie adolescente. Una sonrisa amplia, con labios no muy gruesos pero acordes a su estética facial. Cuando sonríe mucho, tiene sonrisa gingival a nivel de los molares, más en un lado que en el otro (compresión asimétrica de su arcada) que deja ver más encía en consecuencia.
Esa asimetría no es la única que presenta. Aunque es menos de un milímetro, la línea media de la intérprete está desviada hacia su izquierda, no correspondiendo del todo con la línea media facial (punta de la nariz o, en el caso de estar desviada, arco de Cupido). Además, son bastante característicos sus incisivos laterales, con un tamaño bastante menor al que rige la normalidad. Podríamos decir incluso que son microdonticos.
En definitiva, Tokio, como se llama su personaje de La casa de papel, tiene una sonrisa muy estética. Si quisiéramos ponernos exquisitos podríamos corregir la línea media desviada por medio de unos alineadores. Además, con la ortodoncia invisible dejaríamos también preparados los laterales para colocación de carillas, dándole tamaño y grosor a esos dientes de pequeño tamaño para que Úrsula esté más guapa aún.
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