ANALIZANDO: BRAD PITT
13 agosto, 2019El bombón de Hollywood imbatible durante décadas tiene nombre y apellidos: Brad Pitt.
Desde que fue portada en GQ hace un par de años, Brad ha dado una imagen más humana, con sus arrugas y cara larga. Hemos conocido una parte de él que no había salido a la luz. Ya no es solo otra cara bonita de la industria del cine: es una persona como cualquiera de nosotros, con sus problemas y sus altibajos. A pesar de ello, conserva su atractivo intacto, como el buen vino cuando envejece.
Quién no ha suspirado por la melena larga de Brad Pitt en Leyendas de pasión o por su torso musculado en Troya… Lo cierto es que Brad no es solo un reconocido actor con una larga lista de películas que han conseguido ser aclamadas por la crítica, sino que también lleva sobre sus hombros una interminable lista de relaciones sentimentales igual de famosas que sus películas.
En Conoces a Joe Black, la Muerte tenía unos labios carnosos, unos dientes armónicos y una sonrisa amplia, que rara vez podíamos ver en el film, ya que llevaba un pesado deber a cuestas. Con actitud chulesca, Tyler Durden en El club de la lucha (¿entonces quién era Edward Norton?) nos muestra otra sonrisa que difiere mucho de la anterior, casi siempre acompañada por un cigarrillo.
En Doce monos la sonrisa de Brad nos conduce a la locura (literalmente). En esta película podemos ver con más claridad unos dientes con unos bordes incisales muy cortantes y forma rectangular. Los incisivos laterales están algo rotados.
Sin embargo, en Malditos Bastardos vimos una boca acompañada por un bigote peculiar. Sus labios son más finos por la edad, puesto que con los años nuestro labio superior se hace más fino, y cae y tapa más los incisivos superiores; de este modo los superiores se ven menos y los inferiores más. En el caso de los dientes, estos se ven más desgastados y de un tono o dos más oscuros.
A pesar del envejecimieento, Brad sigue siendo tan atractivo como siempre. Quizá se podría colocar unas carillas para embellecer su sonrisa pero apenas las necesita. No te preocupes Brad, siempre te recordaremos como en Siete años en el Tibet.
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